ESAS FRASES...

Un blog de locos del baloncesto. Yo cuento mis ideas, y tú me respondes lo que te apetezca

sábado, 19 de julio de 2008

Ricky Rubio, Víctor Claver

Ricky Rubio consigue su merecido reconocimiento viajando a los Juegos Olímpicos, donde tengamos por seguro que no va para ver como juegan los mayores. Conociendo a Aíto, y conociendo la agresividad que le querrá poner a su equipo, no será de extrañar que se le utilice tanto de base como de escolta para aumentar la intensidad. Que Ricky no se va a ver superado por juegar unos JJOO ya lo intuimos, que va a salir de los juegos siendo aún mejor jugador, es algo también incuestionable. Cada día que le veo, tengo la sensación de ser un proivilegiado que está viendo crecer a uno de los más grandes que vamos a tener nunca.

Luego está Víctor Claver, que se queda fuera de la selección elegida. No debe ser un drama, porque es muy joven y además debe saber en qué debe mejorar para poder estar en la siguiente lista. Claver sabe que el tiempo juega a su favor, y que la gente que tiene delante llegará un momento que desaparecerá del lugar. Pero no debe dormirse, porque otros vendrán por detrás que le pueden comer la merienda. Víctor debe mejorar mucho, y sabe que lo debe hacer porque no paran de repetírselo. Debe saber que por mucho que el entorno condicione, el que llegue mucho más arriba de donde está depende única y exclusivamente de él, de lo que diga su cabeza, de lo que diga su hambre y de lo que digan sus ganas por llegar arriba con su trabajo diario.

Una vez me dijo un tío que sabía de ésto, que hasta del peor entrenador se aprenden cosas muy valiosas. El mundo del periodismo deportivo también tiene paralelismos con lo que le sucede a Claver. No importa quién o cómo sea tu jefe, depende de cómo trabajes tú, de lo que puedas dar de ti mismo y de tu propia ética de trabajo.

Este mensaje no pretende crear una comparación (injusta) entre Ricky y Claver, sólo hablar de ellos dos por separado, con alguna reflexión. No quería hacerlo muy extenso, por no cansar a usted, lector.

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