
En aquel equipo de Dallas jugaba JJ Barea de base, y tenían un espectacular juego interior formado por Pops Mensah-Bonsu y Brandon Bass. Este muchacho era un combo guard suplente, que salía a dar minutos de calidad.
Y se veía a leguas que la tiene, era coger la pelota, inciar movimientos y ya veías en él un don innato para el baloncesto. Ágil, inteligente, escurridizo y con un lanzamiento exterior peligrosísimo.
Ese mismo verano salió en dirección a Olympiacos, y no jugó demasiado por culpa de la alta competencia y de las lesiones. Cuando este verano le fichó Cajasol, me llenó de alegría ver a un jugador así en la ACB. Posteriormente descartaron el fichaje por problemas en la espalda... por suerte, allí estaba Bilbao para darle una oportunidad.
La semana pasada brilló, y si la espalda le deja, no va a ser la única.
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