Dedico este retorno a la selección de Serbia. ¿La razón? Me parecen la excelencia táctica y técnica apoyada en un sacrificio máximo. Les ves jugar y son robots talentosos ejecutando a las órdenes del general Ivkovic. Carecen de las estrellas de relumbrón de antaño (a excepción de Teodosic) pero con el orden y la compenetración de un equipo que se conoce, les hace muy peligrosos.
Pero no es sólo eso, hay mística. Consiguen llegar a un torneo con unos automatismos más propios de un equipo que de una selección, juegan de memoria. Situaciones rápidas, situaciones lentas, rotaciones, ataques a zonas.
Y no es cuadriculado, porque el sistema varía en fución de las virtudes de los jugadores en pista y es modificado en función de las virtudes del oponente.
En defensa hay disciplina y solidaridad. Las especificidades tácticas de entrenador ya las destacó el coach Raúl Jiménez en su blog.
Y sí, tienen debilidades, de hecho si se cruzan con una Rusia, una Grecia o una Eslovenia lo mismo se van para casa, pero esto es el baloncesto. Que sí, que además tras leer el brutal Sueños Robados de Juanan Hinojo, diremos que Serbia no es lo que era aquella Yugoslavia, porque tiene menos territorio, más aperturista, menos entrenamientos, menos sacrificios...
Una cosa no quita la otra, yo me he hecho fan de un equipo que sabe, puede y quiere, y cuando veo esto sobre la pista, sólo me cabe sentarme y disfrutar.
1 comentario:
Hola Álvaro, te he enviado un eMail al correo electrónico de tu perfil para hablarte sobre un nuevo blog de baloncesto.
Saludos
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